Este es un tema preocupante ya que mientras la legalidad o ilegalidad, según sea el caso, se mantiene y permanece inalterable con la legitimidad pasa algo totalmente diferente.
Todos los gobiernos comienzan, en general, teniendo una alta dosis de legitimidad, pero ésta se puede ir perdiendo o ganando (cosa muy rara pero que existe) con el devenir del tiempo y sus actos de gobierno.
Ejemplificando Alfonsín comenzó su gobierno con una alta legitimidad pero la híper, los 13 paros generales y demás fueron haciendo que ésta cayera.
De la Rúa también tuvo una lata legitimidad, pero su falta de decisión le jugó en contra y ya vimos el resultado en 2001.
Arturo Umberto Illia es un caso particular nunca gozó de legitimidad ya que comenzó su gobierno con un magro porcentaje de votos... y ya vimos cómo salió el pobre hombre.
Los militares... SIEMPRE (lo pongo así para que se entienda bien) ingresaron con una alta legitimidad (1930, 1955, 1976, por poner algunos ejemplos) la gente aplaudía en las calles, los vivaba, les pedía que derrocaran a los gobiernos que ellos habían elegido, les arrojaban maíz en los cuarteles, pero una cosa es manejar un regimiento y otra un país, es muy distinto en le democracia se permite el disenso, en los cuarteles no, uno manda y los otros obedecen sin pedir explicación.
Señores mantengamos la legitimidad aunque un gobierno no nos guste para no perder la legalidad, y señores gobernantes a cuantas mas personas abarquen en sus decisiones más legitimidad van a tener, las dádivas para algunos no alcanzan a todos y esa gran mayoría es la legitimidad que pierden.