La Pirámide de Mayo
A medida que se acerca el Bicentenario, todo lo vinculado con nuestros orígenes patrios parece adquirir más interés que nunca. Hay hechos, anécdotas, personajes que acaso no hayan sido suficientemente estudiados, a pesar de que sólo contamos con doscientos años de existencia libre.
Uno de los símbolos menos conocidos es el que todos los habitantes y visitantes de Buenos Aires suelen ver a diario, aunque no se detienen para admirarlo o analizarlo. Me refiero a la Pirámide de Mayo, que ostenta varias curiosidades.
Para empezar, ¿cuánto costó ese sencillo pero emblemático monumento? Exactamente 5.160 pesos y 6 reales, según la cuidadosa documentación probatoria presentada por el administrador de los trabajos, Martín José de Torres.
En la singular cuenta figuran en primer término los jornales de oficiales y peones. Ese rubro insumió 1.261 pesos con 6 reales y medio. Como suele ocurrir, fue con el de la materia prima el m s alto. Porque los 61.500 ladrillos utilizados costaron 1.291 pesos con 4 reales. El "fierro para la reja" llevó 422 pesos. Se emplearon también 309 carretas de arena por un total de 154 pesos y 4 reales, "2 tirantes para el sostén de la cornisa" (12 pesos y 1 real) y "4 tablas de pino destrosadas en listones" (7 pesos con 2 reales).
Parece que el precio de la cal oscilaba severamente en aquellos tiempos heroicos. Porque las primeras 221 fanegas se compraron a cinco pesos. La segunda entrega, de 70 fanegas, costó 4 pesos y medio, y la tercera, de 18 fanegas, ascendió abruptamente a 7 pesos la unidad. De manera que nuestra inflación también es bicentenaria.
Aquí surge un pequeño enigma, en el cual no se ha detenido ninguno de los historiadores que se ocuparon del tema. Las cuentas originales señalan, respectivamente, los costos totales de cada una de las tres compras de cal, en 1.138 y 126 pesos, respectivamente. Las últimas dos cifras son correctas. Pero no as¡ la primera. Porque 221 x 5 arroja un total de 1.105 pesos, no de 1.138 pesos. Ni Cañete (Francisco Cañete, un prestigioso alarife de la ‚poca, es decir, arquitecto o maestro de obras) ni Torres advirtieron el error de cálculo. Tampoco el Cabildo, que debió autorizar el pago. Ni menos aún nuestros colegas, que omitieron verificar las cifras.
Ahora bien. Pasaron unos pocos años cuando Pueyrredón introdujo una profunda modificación, de cuyas resultas la pirámide original quedó encerrada dentro de la nueva. Cuando se produjeron dudas sobre este hecho, fue necesario recurrir en 1913 a un dictamen de la Junta de Historia y Numismática Americana. Simultáneamente, se efectuaron sondajes y remoción de revoques hasta la mampostería. De los estudios surgió la verdad: la Pirámide que hoy vemos emplazada en la Plaza de Mayo está levantada sobre la Pirámide original, a su vez en perfecto estado de conservación. "...nada justifica la duda sobre la existencia de la antigua Pirámide -reza el dictamen de la Junta, antecesora de la actual Academia Nacional de la Historia-, pues se conserva debajo de los agregados que se le aplicaron en 1857, sin otro menoscabo que haber perdido el extremo superior de la aguja y la reja con pilares que la circundaba".
¿Y cómo había nacido nuestro primer instrumento público? Pues en marzo de 1811 la Junta Provisional Gubernativa pidió al Cabildo planear la forma de celebrar el primer aniversario de la Revolución de Mayo. Una comisión integrada por Manuel y Juan Pedro Aguirre, Ildefonso Paso y Pedro Capdevila, con una rapidez que llama la atención, en sólo diez días redactaron un proyecto proponiendo la erección de una pirámide alusiva. ¿Pero cómo levantarla en el escaso tiempo que faltaba para la celebración, a efectuarse poco más de un mes más tarde? No existiendo en aquel tiempo la burocracia, todo resultó fácil. Francisco Cañete se comprometió a inaugurarla el 25 de mayo. Concedido el permiso por el Cabildo, al día siguiente comenzaron las obras.
Pero la historia de la Pirámide no concluye aquí. Tiene contornos intrigantes, como que llegó a discutirse que fuera lo que se conoce como "sólido que tiene por base un polígono". ¿Qué pasó en realidad?
El espacio es insuficiente para aclararlo ahora. Lo haré en otra entrega.
3 comentarios:
es bueno volver a leerte amigo...buen año!!!!
mira vos Atila que historia. La mìtica Plaza de Mayo; la cuna de la supuesta Revoluciòn de 1810 a los interes porteño...la Plaza de Mayo cuna de los reclamos de nuestro pueblo, cobrarìa su gran sentido el 17 de octubre de 1945. Jamas olvidare cuando estuve tirando piedras y cobrando el 20 de diciembre del 2001; ese dìa tendìa que recordarse màs, abrazo Atilon
JJAAA DOC YO ESTUVE EN EL CONGRESO ESQUIVANDO BALAS...
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